lunes, 18 de abril de 2016

ISLA ISABEL



Ubicada a los 21° 52' N y 105° 54' O, a 32 km de la costa nayarita, en el Pacífico mexicano, en términos geológicos se trata de una pequeña isla basáltica -2 km2- recientemente formada, que surgió por la alineación de los estratos volcánicos en la placa de Cocos.



Aquí se practica el turismo de aventura y científico, buceo, fotografía y pesca, entre otros; también es un punto estratégico frecuentado por veleros que navegan de Sinaloa, Nayarit, Puerto Vallarta y Estados Unidos. Vale recordar al explorador jaques-lves Cousteau, quien realizó una visita especial al lugar para filmar su diversidad de aves, documental al que tituló The Sea Birds of Isabela.  Texto: Alwin A.K. Van Der Heiden Roosen  Ubicada a los 21° 52' N y 105° 54' O, a 32 km de la costa nayarita, en el Pacífico mexicano, en términos geológicos se trata de una pequeña isla basáltica -2 km2- recientemente formada, que surgió por la alineación de los estratos volcánicos en la placa de Cocos. Aquí se practica el turismo de aventura y científico, buceo, fotografía y pesca, entre otros; también es un punto estratégico frecuentado por veleros que navegan de Sinaloa, Nayarit, Puerto Vallarta y Estados Unidos. Vale recordar al explorador jaques-lves Cousteau, quien realizó una visita especial al lugar para filmar su diversidad de aves, documental al que tituló The Sea Birds of Isabela. Para visitarla, partimos a las tres de la tarde del puerto de Mazatlán, Sinaloa, a bordo del velero Maya, con el capitán Mario González y su hija, y llegamos a la isla a las 9 AM.

EXUBERANTES FLORA Y FAUNA

La impresión de observar y escuchar a cientos de aves volando alrededor, sobre todo al amanecer y atardecer, resulta una experiencia única. La isla es un lugar fascinante, donde los ornitólogos realizan numerosos estudios, sobre la conducta, monitoreo de poblaciones, diversidad/abundan- cia y programas de anillado de las aves marinas. Entre las aves residentes más abundantes está la fragata común (Fregata magnificens), que presenta una envergadura -2.1 a 2.5 m- mayor en relación con su peso que cualquier otra; tiene el pico largo y ganchudo y no puede nadar. Las hembras tienen el pecho blanco y el cuello negro, mientras los juveniles poseen la cabeza y el pecho blancos. El macho es negro con un impresionante buche rojo que sólo infla cuando está cortejando a las hembras. Esta ave pasa gran parte de su vida en el aire y cuando quiere descansar busca un espacio libre sobre el dosel de los árboles para así poder emerger el vuelo otra vez, debido a que la mayoría de los vuelos empiezan y terminan en un lugar alto de un árbol. Los árboles caducifolios predominantes de la isla son Crataeva tapia y Euphorbia schlechtendalii. Dentro de la familia Sulidae, la isla alberga tres especies, el sula pies azules (Sula nebouxii), el sula cuellioscuro (Sula leucogaster) y el sula colliblanza o pies rojos (Sula sula). Son aves marinas grandes, con picos largos, gruesos y un poco agudos, que buscan su alimento, peces y calamares, desde el aire y una vez que encuentran un cardumen se lanzan en picada y bucean por su presa.

Cada especie tiene su hábitat bien definido. El sula patas azules anida en el suelo, debajo del dosel de los árboles y dentro de la isla; también se le ve al mediodía descansando en grupos de ocho a 12 individuos. El sula cuellioscuro se observa en las orillas del desfiladero, también anida en el suelo y los nidos los ubica en el límite de donde se encuentran los primeros árboles. En el caso del sula pies rojos anida en la copa del árboles; hay que tener mucha suerte para poder observar esta especie, pues al parecer sólo hay seis u ocho parejas registradas en toda la isla, nos comentó el biólogo Víctor, actual responsable de las actividades en este lugar. Todo indica que cada especie respeta su territorio y ocupa un hábitat en particular.  Una de las aves que más me llamó la atención es el rabicorto piquirrojo (Phaethon aethereus), hermosa y llamativa, que presenta dos plumas centrales en una cola extremadamente larga, 300-600 mm.

El adulto tiene el pico de color rojo intenso –juvenil amarillo- y presenta un manchón negro hasta la mejilla; anida en los huecos que ella misma hace en los acantilados de la isla y casi siempre vuela en grupos de cuatro a 12 individuos. En la isla hay una vereda especialmente dedicada a estas aves, que los biólogos nombraron como El acantilado de los rabijuncos. Justo antes del ocaso llegan en parvadas buscando un lugar seguro, pues no les gusta pernoctar en el suelo. Otras de las aves que aquí se aprecian son el pelícano pardo(Pelecanus occidentalis) ,garzón cenizo(Ardea herodias),gaviota oscura(Larus heermanm),cormorán orejudo(Phalacrocorax auritus),golondrina marina gorriblanca (Anous stolidus)y la golondrina marina dorsinegra(Sterna fuscata). En uno de los islotes me llamó la atención un halcón peregrino (Falco peregrinus), el ave más veloz del mundo; es muy probable que una pareja esté anidando en algún risco. También aparecen algunos reptiles como la iguana prieta (Ctenosaura pectinata) y la iguana verde(Iguana iguana).

CAMPO PESQUERO


Debido a la cercanía de la costa, desde hace más de 70 años Isla Isabel ha sido un punto estratégico y base para los pescadores ribereños de Sinaloa, Nayarit y Jalisco. Se practica la pesca del palangre, de fondo y chinchorro, entre otras. Los pescadores son expertos en las corrientes y en cuáles peces se capturan según la estación del año en su zona de trabajo. Es una labor ardua para la que traen provisiones de tierra y así poder quedarse por una o dos semanas; la despensa incluye grandes cantidades de hielo y un equipo de pesca bien ordenado. Fui invitado por El Abuelo y El Chamarras a la pesca del pargo o colmillo, que se realiza con palangre; son aproximadamente 600 anzuelos separados tres metros cada uno, en una sola línea, en cuyos extremos se colocan las anclas y los cabos con las bollas de flotación. Mientras El Abuelo encuentra el punto exacto con su GPS, cortamos la carnada -chihuiles- para no perder tiempo.

Después de navegar una hora llegamos al sitio indicado y se lanzan todos los anzuelos encarnados. De regreso observamos las ballenas jorobadas, las cuales es común avistar durante el invierno en los alrededores. A la mañana siguiente empezamos el día con la búsqueda de la bolla, subimos el primer ancla y empezamos a jalar de la cuerda; pasaron como 40 anzuelos y nada, otros 20 y así sucesivamente. Repentinamente, El Abuelo sintió la cuerda tensa y pesada, aquí viene uno, y vaya; era un pargo enorme de 30 kilos o más. Esa mañana sacamos ocho ejemplares, casi 170 kilos de pargo fresco.  Así van de regreso a San Bias para vender su producto y poder volver a comprar provisiones, gasolina, etc.; estos pescadores trabajan en equipo y tienen años de experiencia navegando. También en cierta temporada se practica la pesca del tiburón, mero, vaqueta, medregal, palometa, jurel, langosta, caracol y pulpo, entre otras.


Esperemos que esta tradición pesquera prosiga y se tomen las medidas correctas. El respeto a las vedas y los tipos de arte de pesca se deberá de poner en práctica en la isla y a lo largo del litoral del Pacífico. Esto es urgente, ya que la capacidad de carga sobre los recursos marinos es cada vez más intensa y se llega a la sobreexplotación de los mismos.





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